Segovia en el corazón

 El pasado 10 de septiembre partíamos emocionados, pensando en lo que nos esperaba, dirección a Segovia. Dos días inolvidables nos esperaban. Dos días, dos escenarios, cada cual más emotivo, más bonito, con más historia.

Antes de llegar a Segovia, parada en Ávila para comer y disfrutar de un paseo dentro de sus murallas.




Como niños pequeños íbamos acercándonos a Segovia, nuestro destino. Jugábamos con las figuras que nos recordaban sus paisajes, descubríamos sus monumentos desde la lejanía y, tras un accidentado trayecto por sus calles estrechas con nuestro autobús, llegamos a nuestro hotel; cuartel general de la coral los siguientes dos días.

Cada uno aprovechamos, como quisimos, las últimas horas del viernes. En la Plaza Mayor nos encontramos muchos. Visitar la ciudad, de noche, tiene otro encanto. Cenar en una de las terrazas de la Plaza Mayor, con la catedral iluminada al frente y una Estrella Galicia en la mano, es de esos placeres que nunca planeé tener.

El sábado amaneció con nuestros hombres repasando los últimos detalles de la obra que abriría los dos conciertos. "Da pacem domine", un canto templario, estilo mozárabe que tenía más ritual que simplemente cantarlo. La sección femenina de la coral esperaba, ansiosa, sin poder oír lo que en secreto habían preparado y no podrían escuchar hasta el inicio del concierto.

Tras ese breve ensayo, el autobús nos acercó a Segovia para, esta vez sí, contemplar sus calles, sus monumentos, sus gentes, acompañados de la luz matinal de Castilla. El Acueducto, como es normal, se llevó la mayoría de las instantáneas.

Después de reponer fuerzas con el almuerzo y un breve descanso "siestero", la coral se viste con sus galas para dirigirse al Santuario de Nuestra Señora de Fuencisla. En el barrio de Zamarramala, a orillas del río Eresma, se encuentra este Santuario, donde se venera a la patrona de Segovia. Parada obligada de Papa San Juan Pablo II en 1982. 


Después de acompañar, con nuestro canto, la eucaristía, realizamos un concierto que era el calentamiento de lo que tanto esperábamos; el concierto en la Dama de las Catedrales.

Del Santuario de Nuestra Señora de Fuencisla nos llevamos un grato recuerdo. Santuario espectacular, con su púlpito gótico, el formidable enrejado, el cariño de sus monjas y su párroco, además de la cara de una emocionada muchacha solicitando el autógrafo de nuestro director. La cara de confusión de nuestro director, al firmar el pequeño block de autógrafos, no tiene precio.


Cena en Segovia y a dormir...

Domingo, el gran día. Muchos de nuestros coralistas estaban en pie muy temprano; no sé si por la premura de dejar el equipaje en el autobús y olvidarse de ese menester o porque era el día que esperábamos desde hacía semanas. "Hoy cantamos en la catedral".  Y no sabíamos lo que nos esperaba...

El grupo enfiló la cuesta de la calle que une el Acueducto con la Plaza Mayor, pasando por la casa de Los Picos. 



Una vez en la Plaza Mayor era una obligación perpetuar el momento, en forma de testimonio fotográfico, delante de la catedral. Se nos echaba el tiempo encima y había que entrar sin prisa pero sin pausa. 



Anunciada nuestra presencia, nos ubican en la capilla del Santísimo para realizar calentamiento de voces. Aún no sabíamos dónde íbamos a cantar.

Se acerca la hora de la misa. Misa que también acompañaríamos antes de realizar nuestro concierto. Llega el sacerdote oficiante y, con él, el anuncio del lugar desde dónde cantaríamos. 

Realmente sería indiferente cualquier lugar dónde nos colocaran, todos los rincones de esta catedral están cargados de historia, pero la emoción fue creciendo cuando vemos al sacristán abrir el coro y retirar los cordones que evitaban el acceso a la sillería. Sí, cantaríamos desde el coro, bajo los órganos de tubos. El órgano del Evangelio y el órgano de la Epístola serían testigos de nuestro canto. Ufff!!!!





Eucaristía y concierto fueron cantados desde el coro, desde el impresionante coro de 117 sillas de nogal, sin policromar, de finales del siglo XV. Poco se puede decir...

PARTE SACRA:

  • Da pacem domine - Canto Gregoriano
  • Ave María - Jaques Arcadelt
  • Da pacem domine - Melchior Franck
  • Canticorum Iubilo - Georg Friedrich Händel
  • Benedicat Vobis - Georg Friedrich Händel
  • Ave Maria - Albert William Ketelbey
  • Ave Maria - Caccini (Vladimir Vavilov)

PARTE PROFANA:

  • Te quiero - Liliana Cangiano
  • Troca o tempo - José Alfredo Oliveira
  • Negra sombra - Juan Montes / Versión Coral de Rey Rivero